Cogito, ergo sum

Pienso, luego existo.

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Resulta que esta semana inicio clases, ya saben, lo típico; manejar todo Garza Sada, estacionarte y luego atravezar la pared entre las columnas nueve y diez rápidamente para que los muggles no te vean. Sencillo, aunque claro, cruzar el umbral de la universidad por primera vez es un concepto que deja a muchos asombrados. Me encuentro trabajando en la próxima entrada, que espero, tenga más ingenio por palabra (ahora que lo pienso, debería haber una medida de comparación entre ingenio y palabras encontradas aquí...).

Pues sí, ya empiezo mi licenciatura. Y la verdad es que en la mañana del primer día de clases estaba medio muerto, no había dormido (entre nervios y calor ya que no había luz en mi casa), no sabía con quién estaría, andaba subiendo escaleras hasta el 6to piso y la verdad pensé que me volvería loco allí. Pero al llegar al final, de repente volteo y veo una hermosa vista:
Pienso y luego existo. No sé, pero simplemente como que se me prendieron las pilas. Llámenlo iluminación divina, llámenlo gandalfismo soviético, llámenlo lo que quieran, pero la verdad pensé más positivo y me sentí mejor. Fue un buen comienzo la verdad.


Hablando de comienzos, la verdad me sentí todo feliz al terminar mi primera tarea, se las comparto. (No se preocupen, no postearé mis tareas aquí a lo bestia, simplemente esta es especial por ser la primera):

"El peor analfabeta es el analfabeta político. Él no ve, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. Él no sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado o del remedio, dependen de decisiones políticas… El analfabeta político es tan ignorante que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política; no sabe que de su ignorancia política nacen la prostituta, el menor abandonado, el asaltante y el peor de todos los ladrones, que es el político corrupto, lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."

Bertolt Brecht, 1934

Dramaturgo alemán.

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Estoy de acuerdo en el discurso de Bertolt Brecht sólo hasta cierto punto, pues encuentro algunas dudas y limitaciones que surgen al analizar más a fondo la cita. Para empezar, ¿hasta qué punto puede existir un analfabeta político? Es cierto, mayoría de las poblaciones no estudia la política y sus fundamentos, mas opino que tarde o temprano “todo tiene que ver con política” y terminan conociendo de alguna manera u otra sobre alguna temática o algunas políticas que afecten su vida diaria, ya sean políticas agrarias (campesinos) o de migración y fronteras (empresarios transnacionales) terminan inmiscuidos en ellas. Dejando la pregunta a un lado y considerando a un analfabeta político a “alguien quien no estudio los fundamentos de la política y/o decide ignorar la situación política de su sociedad” pienso en los límites de un analfabeta común, o con el sentido de la palabra original. Alguien quien no sabe leer ni escribir tiene terribles posibilidades en el mundo laboral, y no sólo eso, sino que es limitado en su participación ciudadana. Sin embargo, me doy cuenta que efectivamente, las implicaciones de ser un analfabeta político son peores, y por ende concuerdo con Brecht. Por ejemplo, un analfabeta sí puede votar; su decisión podrá ser menos informada al no saber leer, más tiene la capacidad mental de escoger. Sus actos le afectan principalmente a él y a sus seres cercanos, como lo sería el fracasar al tener un mejor trabajo, etc. Al contrario, el analfabeta político afecta a un nivel local, regional e inclusive nacional dada la situación. El abstencionismo en las elecciones provoca una desconexión entre el pueblo y el gobierno. A su vez es cíclico y afecta a las masas, por lo que el abstencionismo, provoca precisamente, más abstencionismo. Esa separación entre los gobernantes y “el resto” es lo que irrumpe y provoca los problemas de la sociedad mencionados por Brecht: inseguridad y corrupción. Aunque no concuerdo con Brecht en que la culpa se le pueda adjudicar completamente al analfabeta político. Sí, los ciudadanos son culpables por varios de los males de la sociedad actual, mas es culpa también del conocedor político, pues en ocasiones entre los mismos gobernantes y conocedores de política surge la corrupción y, la participación ciudadana para evitarlo tiene sus límites.