Declaro la Guerra en contra de mi peor enemigo...

... que es, que es que es... ?

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Declarar un acto de Guerra ha sido, y por lo pronto será seguido, esculsivamente del Estado. Ese sistema que jura tener soberanía sobre todo lo suyo y que a su vez no daba, antes, opciones para más. Sin embargo, si nos creemos los cuentos del 9/11 (pronunciado "nain ileven") se declaran guerras ahora de grupos terroristas a estados capitalisto-imperialistas. Antes eran guerras por religión, hoy son guerras por... religión también, y petrolio. Desafortunadamente aunque este tema sea sin duda alguna uno de los de mayor interés para mí, aún no me siento digno o suficientemente adiestrado en teorías para escribir sobre ello, y mejor tomaré la recomendación de Savater y filosofaré sobre lo que me importa y creo es importante: mi guerra, nuestra guerra.

Mexicanos y Mexicanas; hemos comenzado ahora una "guerra" de acusaciones, en sentido figurado, contra el gobierno y sus fallas y su incompetencia y su estupidez y su descontrol, etc etc etc. Esto es bueno, ya que se están en su derecho de hacerlo, pero malo ya que aumenta el costo de la tolerancia a la oposición (provocando que se vuelva más opresor). Ahora bien, a pesar de que los apoye en quejarse, les tengo una recomendación. Que nos quejemos del verdadero enemigo de nuestra sociedad: el Palacio de Hierro.

¡Porqué Palacio? Si es una empresa que da trabajos a mexicanos y aumenta el dinero en flujo y bla bla bla me dirán ustedes. Por su campaña publicitaria. No es la primera vez que su propaganda me causa problemas. La vez pasada decía: "son mejor 365 días de moda que 100 años de soledad" ésta vez, en motivo del día de San"si hoy no demuestras al público que me amas te corto" (ejem, Valentín) decía: "¿Cuántos kilates me quieres?". Ahora sí, llega a mis nervios. Verán, sin duda alguna Adam Smith le encantaría este anuncio, pues su teoría del capitalismo se basa en que el hombre piensa en sí mismo, y al pensar en sí mismo por ende piensa en el Estado. Si compras algo, mueves dinero, y como todos comprarán algo, todos moverán dinero. Lo que nunca se puso a pensar es que este movimiento sólo funciona si se tienen capacidades adquisitivas iguales, pues así cada quien al "jalar por su lado", se levantaría todo por igual.

PEEEERO, no es así. El resultado del capitalismo desborda en el consumismo desenfrenado: los riquísimos piensan en sí mismos, jalando por su lado. Pero requieren que sus productos sean consumidos por los ricos, menos ricos y pobres. Crean entonces el enfoque en que tú eres lo que tienes, tú eres lo que compras, tú amas lo que das físicamente. Todo se mide, tu amor, tus amistades, tu esfuerzo. Si no es contable, no cuenta. Los pobres entonces no pueden jalar por su lado, y la nación se desborda en dos. Repito, ¿por qué es Palacio de Hierro nuestro enemigo? Porque su propaganda nos enseña que 1) la educación y lectura no importan, 2) somos lo que compramos, 3) lo externo es lo que cuenta. Bajo estas premisas, ¿porqué ser un político justo? Lo que importa es que tenga dinero para comprarme esos zapatos Loius Vuitton (como el hijo del Peje). ¿Por qué ser estudiante en vez de simplemente vender droga? Al fin y al cabo lo que importa es el dinero para comprale a mi novia esa bolsa Coach. ¿Por qué disminuir mi saldo (yo figura pública por ejemplo) si lo que importa es comprarle a mi hija ese viajecito a Europa con su novio en San Valentín?

Al final, uno se pregunta si es cierto que hay crisis. Mientras señores y señoras se aman a kilates visitando casinos diariamente (los cuales, por cierto no pagan impuestos), la policía finge que hace su trabajo atrapando a los increíbles criminales que robaban cartón (sip, cartón), para venderlo y alimentar a sus familias. A fin de cuentas, ¿robar es lo obvio no? Ya que es mejor tener dinero y estar a la moda que leer.

Declaro la guerra en contra del peor enemigo de la sociedad, que es que es... el consumismo sin ética, el consumismo desenfrenado, la expresión máxima del capitalismo. El Palacio de Hierro.